Transcripción

Es de vital importancia elegir el kit de batería correcto para la grabación. Según el resultado deseado, el productor musical y el ingeniero de grabación deben verificar que el kit de batería les permita alcanzar su objetivo. Recordemos que el sonido final de la batería se determina, principalmente, durante la grabación, no solo durante la mezcla.

Consideremos los siguientes ejemplos. Si nos encontramos grabando un proyecto de rock, deberíamos elegir un kit de batería con una sonoridad acorde al género (Figura 18.1). El bombo será de dimensiones relativamente grandes. El kit tendrá tres o hasta cuatro toms, también de dimensiones grandes. El redoblante tendrá una sonoridad más “gruesa”, contraria a la sonoridad de redoblantes como los usados en funk, por ejemplo.

Figura 18.1: Kit de batería de rock

Por otra parte, si nos encontramos grabando un proyecto de jazz, la batería será considerablemente diferente (Figura 18.2). El bombo será más pequeño. Probablemente el kit tenga únicamente dos toms. El tom de piso, además, podría ser más pequeño. En general, el kit podría tener menos piezas, platillos un poco más oscuros, entre otros. 

Figura 18.2: Kit de batería de jazz

Incluso, muchos bateristas prefieren no perforar el bombo en sus kits de jazz, por lo que no sería posible ubicar un micrófono dentro de él, como se suele hacer en otras ocasiones.

La selección del kit de batería y las técnicas de grabación empleadas varían considerablemente dependiendo del género musical y los resultados deseados. 

En todo caso, la batería debe estar debidamente afinada, con parches en buen estado y platillos de buena calidad. Cuanto mejor sea el kit de batería, mejor será el resultado.