Transcripción

Seguramente, hemos experimentado como oyentes, la incertidumbre de no saber cómo se llama una canción. Nombrar una canción es clave, ya que facilita a la audiencia su recordación y búsqueda. Hoy en día, contamos con aplicaciones que identifican las canciones por su sonido. Sin embargo, es responsabilidad del compositor y del productor, nombrar la canción para generar su diferenciación y fácil identificación. 

Entonces, ¿Cómo se decide el nombre de una canción?

Por lo general, el método más común toma un extracto de la letra del coro, más frecuentemente una frase o palabras que se repiten varias veces. Por ejemplo: “Don´t Stop” de Rolling Stones, “Hide Away” de Daya, “Thriller” de Michael Jackson, “Pour Some Sugar on me” de Def Leppard, y muchas, muchas otras. La mayoría de las canciones pertenecen a esta categoría. 

Sin embargo, otras canciones toman su título de una palabra o frase memorable que no se repite, pero que resume lo que la canción comunica. Por ejemplo: “1979” de Smashing Pumpkins, “Little Talks” de Of Monsters and Men, o “Imitation of life” de REM. 

Otras canciones inclusive evitan tomar su nombre de la letra, y utilizan un título que describe el tema tratado, como por ejemplo: “Lithium” de Nirvana, “Hysteria” de Muse, “Long Shot” de Aimee Man o “Schism” de Tool. 

El nombre de la canción puede incluso ser un punto de partida, cuando el autor desea hablar de un tema en específico. Como tal es un aspecto fundamental de la canción, que no debe ser pasado por alto en el proceso creativo.