Puntos de partida para componer: melodía vs. acordes (parte 1)

Puntos de partida para componer: melodía vs. acordes (parte 1)

Published On Aug-02-2018

Transcripción

Otro aspecto importante al componer, es verificar la congruencia entre melodía y acordes. En otras palabras, verificar la consonancia. Escuchemos el coro de una canción, con un acompañamiento básico de piano. 


Audio. Coro de una canción. 




Continuemos comparando. Esta vez, hagamos un trabajo incorrecto, armonizando la melodía con acordes disonantes. 

Audio. Coro de una canción, acordes disonantes.

El sistema musical que estamos aprendiendo, está lleno de variaciones, por lo cual es muy fácil caer en la disonancia o incongruencia sonora al componer. 

Entonces, ¿Cómo se garantiza la consonancia?

Existen numerosas técnicas para garantizar que la melodía y los acordes sean congruentes. La más simple y a prueba de errores, es utilizar la escala de la melodía para definir los acordes que se utilizan. De esta manera, se generan dos opciones, dependiendo de si la idea inicial es una melodía o una secuencia de acordes. 

Idea inicial: melodía

Si la idea preliminar es una melodía, simplemente analizamos sus notas, para inferir a cuál escala pertenecen. Una vez que la obtenemos, es posible sacar los acordes y empezar a experimentar diferentes posibilidades. Escuchemos una melodía.

Audio. Melodía. 



Esta melodía tiene las notas: si, do#, re#, mi, fa#, sol#, y la. Pongámoslas en orden, y veamos la estructura de intervalos existente entre ellas. Infiriendo la escala: intervalos.

Figura. Tonalidad: mi mayor. 


Esta estructura de intervalos, revela la tonalidad de mi mayor o do# menor (figura 14.13.). Observemos las notas en el orden de la escala de mi mayor.

Figura. Tonalidad: mi mayor. 

 

Ahora, con estas notas es posible formar los acordes para acompañar la melodía. Según vimos en una lección anterior, los grados I, IV y V son mayores, y los grados II, III y VI son menores. El grado VII es una excepción, que veremos más adelante, por el momento lo omitiremos. Recordemos que las alteraciones presentes en la escala se conservan en los acordes.

Figura. Acordes de la tonalidad E mayor.

Probemos ahora, dos diferentes secuencias de acordes para la melodía de nuestra canción. A partir de este punto, podemos simplemente ensayar cuáles acordes suenan mejor o comunican más efectivamente el mensaje de la letra. Tratemos primero con los grados 1, 4 y 5, de acuerdo al siguiente cifrado (figura 14.15.).

Figura. Cifrado 1.



Audio. Armonización de la melodía: variación 1.



Ahora, probemos con una armonización distinta, utilizando relativas menores, es decir, el sexto grado de cada acorde del cifrado anterior (figura 14.16.).

Figura. Cifrado 2.

Audio. Armonización de la melodía: variación 2.