Inspiración, adjetivos y adverbios

Inspiración, adjetivos y adverbios

Published On Jul-20-2020

Transcripción

Es posible que, en algún momento, hayamos escuchado a un artista decir: “No tengo inspiración” o “se me fue la inspiración”. Incluso, es probable que nos haya pasado a nosotros. En esta ocasión, responderemos a las preguntas “¿Qué es la inspiración”, “¿Cómo puedo saber si tengo inspiración?” y “¿Puedo ser un excelente compositor, aún sin sentirme inspirado?”. De este modo, el letrista podrá identificar sus puntos fuertes y débiles, lo cual acelerará el proceso compositivo. Además, se sentirá bien por el hecho de producir letras exitosas.

Se puede definir la palabra “inspiración” como un impulso que lleva a crear algo. Este impulso puede ser una persona, un acontecimiento o un sentimiento. La inspiración puede generar excelentes letras, cuando se combina con la disciplina. Por lo que se ha dicho, es lógico vincular la inspiración con el lado derecho del cerebro, mientras que la disciplina se relaciona con el lado izquierdo. 

En general, se pueden identificar dos tipos de inspiración: inspiración fuerte e inspiración débil. La fuerte se produce cuando el contenido de una canción completa, o la mayor parte de ella, surge producto de un único impulso. Por ejemplo, si se escribe en un primer borrador un verso, un coro, un segundo verso y un puente, posiblemente se esté bajo la influencia de la inspiración fuerte. Por otro lado, la inspiración débil es aquella que surge cuando se nos ocurren ideas relacionadas con partes específicas de la canción, por ejemplo, cuando resolvemos una rima o se nos ocurre una frase interesante. 

El buen compositor no es aquel que tiene solamente inspiración fuerte. De hecho, la inspiración débil también es muy necesaria, ya que muchas veces una frase puede mejorar considerablemente solo con alterar algunas palabras. 

Con el fin de otorgar más fuerza a una línea, el compositor debe considerar el uso de adjetivos y adverbios. El adjetivo es una palabra que determina o califica a un sustantivo. Por ejemplo: “la mesa es redonda”. En esta frase, la palabra “redonda” es el adjetivo, pues confiere a la mesa una forma redonda. Por otra parte, el adverbio es el que modifica al verbo, al adjetivo o incluso a otro adverbio. Dicho de otra forma, los adverbios se identifican, al encontrar una palabra que señala en otra alguna circunstancia en específico, ya sea relacionada con el lugar, el tiempo, la cantidad, el modo o la intensidad. Por ejemplo, en la frase “Las cosas están sumamente difíciles”, la palabra “cosas” es el sustantivo, la palabra “difíciles” es el adjetivo y la palabra “sumamente”, es el adverbio.

Al incorporar estas herramientas a su labor compositiva, el letrista podrá enriquecer sus líneas, dotándolas de una mayor fuerza expresiva.