Ingresando repeticiones y otros instrumentos

Ingresando repeticiones y otros instrumentos

Published On Apr-21-2017

Transcripción

En este punto nuestra canción ha logrado una mejor sonoridad. Para terminar, ingresaremos una repetición, a fin de extender la duración de la canción y hacerla más interesante. Al mismo tiempo, escribiremos un acompañamiento para el único instrumento para el que no se ha escrito música alguna: la guitarra. 

Comencemos con las repeticiones. Las mismas se realizan mediante la casilla Repeat Tool, la cual se encuentra ubicada a la derecha de la pestaña Expression Tool. A fin de insertar una barra de repetición en la partitura, debemos seguir los siguientes pasos:

  • Activamos la casilla Repeat Tool.
  • Hacemos doble clic en el octavo compás. 
  • Luego, se abrirá el cuadro de diálogo Repeat Selection. 
  • En dicho cuadro, nos aparecen cuatro opciones al lado de la indicación Graphic Repeats.
  • Escogeremos la segunda opción: Back.
  • Posteriormente, hacemos clic en la casilla Select.
  • Esto abrirá el cuadro de diálogo Backward Repeat Bar Assignment, Measure 8.
  • En este cuadro especificaremos la cantidad de veces que se repetirá dicha sección. Por defecto, aparece configurado la opción de repetirse dos veces. Usaremos esa configuración en nuestra partitura, por lo que dejamos el cuadro tal como está y hacemos clic en la casilla Ok. 
  • Una vez hecho esto, podemos observar cómo al final del octavo compás ha aparecido una barra de repetición. Esta tiene la función de indicar que, al llegar allí, la música debe repetirse desde el principio. De esta forma, se ha logrado extender la duración de la canción sin necesidad de escribir música extra.

Ahora, escribamos un acompañamiento para la guitarra. Partamos del comienzo de la canción.

Podemos basarnos en el ritmo del piano para la parte de guitarra. Es decir, elaboraremos arpegios cuyos acentos estarán ubicados en los tiempos donde interviene el piano. De esta forma, ambos instrumentos se apoyarán en los acentos. Dichos arpegios estarán basados en la tonalidad de cada compás. En el primer compás estamos en E-, y en el segundo en D. Para recordar, el arpegio de E- está integrado por las notas mi, sol y si; y el arpegio D está formado por las notas re, fa# y la. 

Al igual que el piano, la guitarra también requerirá el uso de dos capas: una para la línea de los arpegios y otra para el bajo. El bajo de la guitarra seguirá el mismo ritmo del bajo eléctrico y la mano izquierda del piano: dos corcheas, silencio de negra, dos corcheas y silencio de negra. 

En la parte más intensa de la canción, la guitarra puede continuar el ritmo de corcheas y arpegios, al mismo tiempo que ejecuta una pequeña melodía, en respuesta a la melodía principal de la flauta. Es decir, cuando la flauta se mantiene tocando una nota larga, por ejemplo, en el décimo compás, la guitarra le responde con una frase corta y pegajosa. Escuchemos como sonaría.

Audio. Composición final.


Llegados a este punto, ya hemos finalizado nuestra composición. Como hemos podido observar, dependiendo del conocimiento musical, el talento, la sensibilidad y la inspiración, la composición puede ser un proceso lento y tedioso, o interesante y gratificante. Lo importante es que podamos adquirir la habilidad de expresar una multitud de sentimientos, sensaciones e ideas a través de sonidos. En gran medida, esto es lo que define la buena música: su capacidad de transmitir emociones.