Transcripción

Existen varias soluciones para controlar la propagación de rebotes en un cuarto. Cuando el desacoplamiento no es una opción, es posible reducir la cantidad de reflexiones agregando superficies absorbentes y difusoras. 

Control de reverberación

Cualquier mueble que tenga una masa densa ayuda a reducir la reverberación. Por ejemplo, los sillones o alfombras son una buena opción. Sin embargo, hay que tomar en cuenta que la atenuación que ofrecen es parcial, ya que afecta casi exclusivamente a las frecuencias agudas, lo cual puede generar un exceso de frecuencias graves en el cuarto. 

Al hablar de difusión, los libreros son una opción de bajo costo. Sin embargo, comprar libros con el único objetivo de crear difusión en un espacio, puede ser más costoso que adquirir materiales de tratamiento acústico. El papel es relativamente denso y la superficie irregular formada por los lomos de los libros, ayuda a difuminar los rebotes de las ondas incidentes (figura 11.28.). Este método colabora a reducir la reverberación, dado que acelera su etapa de decaimiento al difuminar la energía de la onda de sonido. 

Figura 11.28. Superficie irregular: difusión.

 

Lo que no funciona

Como hemos visto anteriormente, para controlar el sonido en un espacio interno, es necesario generar: aislamiento, absorción y difusión. Para lograrlo, las barreras absorbentes y las superficies aislantes y difusoras, deben desacoplar la transmisión de vibraciones mediante materiales densos. Tomando en cuenta esta premisa, podemos fácilmente discernir varios mitos sobre el tratamiento acústico:

• Los cartones de huevo o portavasos, no son difusores efectivos (figura 11.29.).

Figura 11.29. Cartones de huevo. 

 

• El styrofoam o espuma de poliestireno, es inútil como absorbente o aislante (figura 11.30.).

Figura 11.30. Espuma de poliestireno.

• Colgar alfombras o telas pesadas en las paredes, produce una absorción deficiente (figura 11.31.).

Figura 11.31. Alfombra.

¿Audífonos o monitores?

Hemos visto, el tratamiento acústico es complejo y costoso. Por este motivo, trabajar con monitores en un bedroom studio, puede resultar problemático debido a las dificultades para controlar la respuesta de frecuencias del cuarto. En este contexto, es recomendable utilizar audífonos. Estos facilitan la escucha del audio grabado y al mismo tiempo, eliminan la necesidad de agregar tratamiento acústico para trabajar en tareas precisas como la mezcla. 

Dicho sea de paso, mezclar con audífonos no es ideal, de manera que el productor musical debe hacer todo lo posible para optimizar su espacio acústico, y trabajar con monitores sabiendo que la falta de tratamiento, puede llevarle a tomar decisiones incorrectas durante la mezcla.

De esta manera, podemos concluir que el tratamiento acústico, es un área compleja del diseño de espacios para producción musical. El productor musical debe conocer los factores incidentes en la respuesta sonora de un cuarto y ser capaz de identificar métodos para mejorarla, obteniendo así resultados óptimos durante las etapas de la producción del proyecto musical.