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Monitoreo en el Estudio

Monitoreo en el Estudio

Published On Mar-31-2017

Transcripción

Existe un gran debate respecto a si es apropiado utilizar audífonos para llevar a cabo la mezcla y mastering en un estudio, o si es indispensable contar con monitores convencionales. Lo cierto es que existe un lugar para ambos en el estudio, pues cada sistema tiene sus propias ventajas y desventajas.

Monitoreo para Grabación

Al grabar, específicamente cuando se utilizan micrófonos, el músico debe poder escuchar una señal de referencia que contiene el metrónomo o el resto de instrumentos. Ahora bien, estos sonidos no deben ser captados por el micrófono. Para este fin, se utilizan audífonos cerrados, los cuales impiden que el sonido salga de ellos (Figura 10.13).

Figura 10.13. Audífonos cerrados


Utilizar parlantes convencionales o monitores de estudio para brindar al músico su mezcla de referencia, produciría una grabación con menor claridad y detalle, pues el micrófono también captaría el sonido emitido por el parlante.

Si bien los audífonos cerrados son los ideales al grabar, para evitar que el micrófono capte el sonido emitido por ellos, este tipo de audífonos no es ideal para mezclar. Su grado de detalle y fidelidad al reproducir el sonido no es ideal. Para mezclar, se recomiendan audífonos abiertos (Figura 10.14). Los audífonos abiertos también rodean las orejas, pero no impiden que el sonido se filtre hacia afuera. Esta característica permite que ejerzan menos presión sobre la cabeza que los audífonos cerrados. Así, los audífonos abiertos ofrecen una mayor claridad y detalle, a la vez que reducen la fatiga al tenerlos puestos por largos períodos.

Figura 10.14. Audífonos abiertos


Monitoreo para Mezcla y Mastering

Ya analizamos que, al grabar, es recomendable utilizar audífonos cerrados en lugar de monitores. Pero, ¿qué sucede al mezclar o masterizar? Analicemos dos puntos clave que nos permitirán llegar a una respuesta.

En primer lugar, los monitores de estudio reproducen el efecto estéreo de una manera que no es igualable por los audífonos (Figura 10.15). Por ejemplo, cuando una señal debe ser percibida al centro, el parlante izquierdo y derecho la reproducen al mismo nivel, produciendo la sensación de que la fuente de sonido se encuentra al frente (Figura 10.16). A esto se le conoce como “centro fantasma” o phantom center, pues en realidad, no hay ningún parlante al frente produciendo el sonido. Por el contrario, al utilizar audífonos, las señales emitidas a igual nivel por ambos lados no dan la sensación de estar al frente, sino dentro de nuestra cabeza.

Figura 10.15. Monitor de estudio



Figura 10.16. Reproducción del centro fantasma

 

En segundo lugar, la eficiencia de los audífonos para emitir las ondas de sonido, disminuye considerablemente conforme nos acercamos al rango más bajo de frecuencias audibles. La razón es que el tamaño del diafragma que emite las ondas de sonido en un audífono es muy pequeño como para poder producir frecuencias tan bajas. Por el contrario, monitores de estudio con conos de ocho pulgadas de diámetro, son capaces de emitir frecuencias tan bajas como 36Hz.

Debido a estas dos razones, los ingenieros se inclinan por el uso de monitores de estudio para la mezcla y mastering. No obstante, dos factores hacen que los audífonos sean, a menudo, la única alternativa para el que produce su música en un bedroom studio:

El costo promedio de los monitores de estudio de alta calidad sobrepasa significativamente al de un par de audífonos profesionales promedio.

Al utilizar monitores de estudio, es necesario contar con un espacio tratado acústicamente, de tal forma que lo que escuchamos sea realmente lo que los monitores emiten. La falta de tratamiento acústico en un bedroom studio hace obligatorio en ciertos casos, la utilización de audífonos.

Por lo tanto, al utilizar audífonos para mezclar o masterizar, es necesario tener en cuenta las siguientes recomendaciones:

Utilizar audífonos profesionales que no exageren la cantidad de bajos, como lo suelen hacer los audífonos de consumo promedio.

Al terminar la mezcla, verificar cómo suena en distintos ambientes, por ejemplo: en un carro, en una televisión, en un sistema de sonido casero, en parlantes de computadora, entre otros.

Tener en mente en todo momento que el phantom center producido por los audífonos no es el mismo que el producido por los monitores. Además, cuando un instrumento se ubica totalmente a un lado, el efecto es más drástico en audífonos que en monitores.


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